ONO llama a más fusiones
Los 34.300 millones de euros que generó el año pasado el sector de las telecomunicaciones en España no dan para abastecer a las empresas que forman parte de él. El negocio se redujo el año pasado por tercer ejercicio consecutivo hasta situarse por debajo de los niveles de 2005, arrastrando precios y valoración de compañías hasta un punto en el que las fusiones y compras han sido asimiladas por todos como el futuro del sector.
La crisis y la irrupción de nuevas tecnologías que matan negocios como el SMS o hacen nacer otros como intenet móvil han transformado ese futuro en presente. Hoy el mercado de telecomunicaciones está integrado por cuatro grandes operadores con red -Movistar, Vodafone, Orange y Yoigo-, otros dos basados en cable y ADSL-ONOy Jazztel- más de 20 operadores móviles virtuales, tres pequeños operadores de cable regionales -R, Euskaltel y Telecable- además de grupos de comunicación como Atresmedia y Mediaset.
El negocio se redujo el año pasado por tercer ejercicio consecutivo hasta situarse por debajo de los niveles de 2005
Excepto para los dos últimos, el resto entra en las quinielas de movimientos corporativos para que la foto del sector sea en 2015 distinta a como ha empezado este año.
Mientras los precios continúan bajando, el interés de unos por vender y otros por comprar está ahí, sin cruzarse desde hace años. En realidad la consolidación es un proceso que se interrumpió con la llegada de la crisis en 2008. Los fondos de capital riesgo atrapados en empresas de cable desde 2005 no han podido liquidar sus posiciones por la falta de confianza de inversores en el mercado español. Y en cuanto al móvil, TeliaSonera trató de vender Yoigo en abril del año pasado a Orange y Vodafone por 1.000 millones de euros, sin éxito.
Yoigo, con casi cuatro millones de clientes, es, de momento, la única gran operadora en el lado de los vendedores que no tiene pareja. En el de los que podrían ser compradores, Telefónica también está sola después de haber iniciado todo un proceso de integración de servicios en 2012 que, a la larga, puede concentrar el mercado en tres grandes operadores.
Así, ahora son ONO y sus siete millones de accesos por cable hasta el hogar capaces de transmitir hasta 200 megas los que salen a la venta. La mayoría de sus accionistas actuales entraron precisamente en 2005 con la compra de Auna por 1.000 millones de euros y en su proceso de desarrollo, la deuda de la empresa ha aumentado hasta 3.300 millones de euros. Hoy, el precio no oficial valoraría la empresa en 7.000 millones de euros para una puja en la que han entrado Vodafone y el grupo cablero estadounidense Liberty Global. Para Vodafone el sentido de la operación sería que ONO complementaría sus 14 millones de clientes en telefonía móvil, aportándole de una tacada todo el desarrollo de red de fibra óptica que ya tiene en marcha Telefónica, que lleva invertidos más de 1.000 millones de euros en casi cinco millones de accesos. Si en España hay una compañía con capacidad para hacer una compra de este calibre, esa es Vodafone, que vendió su negocio móvil en Estados Unidos el año pasado por 95.000 millones de euros.
La operación daría lugar a una reacción en cadena, o al menos eso piensan la mayoría de las empresas consultadas. Aunque por lógica en primer lugar figurarían R, Telecable y Euskaltel, la siguiente en salir a la venta sería Jazztel. Su presidente, Leopoldo Fernández Pujals, tiene también puesto el cartel de traspaso sobre la empresa. Orange, el tercer mayor operador del mercado, es la empresa que todo el mundo encaja como compradora. Tanto, que es la más sensible a los rumores de operaciones corporativas. Esta semana, al hilo de la operación de ONO, llegó a subir más de un 5% para cerrar la semana con un aumento de valor del 3,28%, con lo que el precio por el 100% de la compañía se situaría en 2.300 millones de euros.
Desde su entrada en Jazztel, Fernández Pujals ha desarrollado la compañía para venderla al mejor postor cuando se produjera la situación que ahora parece vivir el mercado. Desde el negocio de banda ancha se ha expandido al móvil con una estrategia comercial agresiva que prácticamente regala servicios de voz a quien contrate o tenga una línea fija. De este modo se ha convertido junto a ONO en uno de los operadores que más ha engordado su cartera de clientes en el último año a costa de sus márgenes comerciales.
Además, se ha asegurado la presencia en el mercado de fibra óptica hasta el hogar a través de un acuerdo con Telefónica para compartir hasta tres millones de accesos. En el caso de que Orange se quedara con la empresa, el desarrollo de este acuerdo se anularía.
Fuente: elmundo.es
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