Asturias busca aprovechar la construcción de mil barcos de gas en el mundo hasta 2020

El 90% del comercio mundial se hace por mar y los 16 buques más grandes emiten las mismas emisiones que 800 millones de coches, dato que ilustra las ventajas ambientales de este medio de transporte, en el que el gas natural licuado (GNL) se perfila como el combustible que liderará un nuevo tiempo. Asturias, con dos puertos en Gijón y Avilés; una planta regasificadora, dos astilleros punteros como Gondán y Armón, y una compañía como EdP, que apuesta también por el GNL, se posiciona para jugar un papel relevante en este ámbito.

Todos los estudios apuntan a que el GNL se perfila como el rey de los combustibles para barcos. Un estudio realizado por la consultora energética IHS CERA anticipa un mercado mundial de GNL como combustible marítimo de 29 millones de toneladas anuales a partir de 2025, con un posible crecimiento a 65 millones de toneladas en 2030.

Los expertos dicen que España no podría estar mejor situada y no dudan de que la expansión de este combustible limpio supondrá un gran impulso para su industria naval, con experiencia y gran potencial. El escenario invita al optimismo, ya que está aumentando el número de pedidos de barcos preparados para navegar con GNL. Según datos de la Asociación Ibérica de Gas Natural para la Movilidad (GASNAM), en Europa hay 48 barcos de GNL en operación y 29 en fase de pedidos en firme. La consultora Det Norske Veritas apunta a la construcción en torno a mil buques hasta el año 2020 en todo el mundo. Por eso los armadores están muy interesados en que el GNL se convierta en combustible para el transporte marítimo, ya que su despliegue permitiría un impulso a la industria de la construcción naviera, dotaría de ventaja competitiva a los puertos españoles y generaría actividad económica en la transformación de barcos y en la construcción de otros nuevos. Según Deloitte, la penetración de los barcos de GNL en el tráfico portuario español para 2045 alcanzará el 46%.

En Asturias, Astilleros Gondán botó el pasado mes de julio el primero de los tres remolcadores que están fabricando para un armador noruego, que se encargarán de asistir a empresas petrolíferas del norte de Europa. Este remolcador es único en el viejo continente, al contar con un motor dual que puede funcionar con gasoil o con gas natural, algo que permite reducir el gasto de combustible, a la vez que puede llegar a emitir un 40% menos de emisiones de CO2.

Barcos de Gondán

El presidente de Astilleros Gondán, Álvaro Platero, considera que el gas «es un combustible muy interesante, que se va a utilizar en barcos cada vez más». Para ello, defendió la necesidad de que se construyan puntos de suministro. «Cuantas más posibilidades de abastecimiento haya, más barcos se construirán», apunta.

Un informe que salió en mayo de 2015 del Senado, a raíz del ‘Estudio de las vertientes técnicas y económicas de la utilización del gas natural licuado (GNL) como combustible marino’ decía entre sus conclusiones que éste «se presenta como una opción realista y viable como nuevo combustible marítimo. España tiene en el desarrollo del GNL como combustible marino grandes oportunidades». El documento recomendaba comenzar a trabajar en ello con celeridad.

Las razones en las que se apoyan estas conclusiones son varias. Por un lado, el gas como combustible marítimo tiene ventajas ambientales frente a otras alternativas fósiles, ya que reduce emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en torno a un 85% y elimina las de óxidos de azufre (SOx) y las de partículas sólidas. Actualmente los barcos usan dos tipos de combustible, el ‘heavy fuel oil’ y el ‘marine diesel oil’.

La industria marítima lleva tiempo buscando alternativas al uso del crudo y sus derivados. El gas natural licuado se erige como la mejor opción porque, a diferencia del resto, tiene décadas de investigación detrás, es seguro y su implantación no requiere de grandes inversiones en equipos, infraestructuras o motores. Además, tiene costes competitivos respecto a los derivados del petróleo.

España cuenta con unas infraestructuras, una experiencia y una posición geoestratégica que podría aprovechar. Tiene siete de las 22 regasificadoras –una de ellas en El Musel– que hay en Europa, el 36,5% de la capacidad de almacenamiento de GNL y el 90% de capacidad de carga de cisternas en todo el continente, además de puertos con mucha circulación y empresas con experiencia.

En este contexto, la Comisión Europea está financiando un proyecto para que el puerto gijonés pueda suministrar gas a los barcos. En concreto, aportará 300.000 euros para que la Autoridad Portuaria y EdP, entre otras entidades, analicen un sistema que ayudaría a rentabilizar la planta regasificadora.

El Gobierno del Principado ha encontrado un argumento más en favor de la puesta en marcha de la regasificadora de El Musel –ilegalizada por sentencia– en el proyecto financiado por Europa que busca potenciar el uso de gas natural licuado como combustible para el transporte marítimo.

Fuente: elcomercio.es

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