Las obras del gasoducto se paralizan de forma temporal en el tramo conflictivo
Las obras del gasoducto están paralizadas de forma temporal en el tramo conflictivo, tal como pidió el concejal de Urbanismo de Cort, Jesús Valls, a la empresa instaladora durante una reunión celebrada ayer con los vecinos de Son Roca, Son Roqueta, Son Puig y Son Rapinya. El Ayuntamiento solicitará a las conselleries de Medio Ambiente e Industria que obliguen a la empresa Redexis Gas a cambiar el trazado para evitar que pase por el parque del torrente de Son Puig.
El director general en Balears, Julio César Campillo, explicó que el proyecto cuenta con todas las autorizaciones pertinentes y que reducirán el impacto ambiental en la zona verde con la tala de 38 árboles en lugar de los 140 que se preveían inicialmente. “Además, no solo repondremos las especies afectadas, sino más”, añadió. No obstante, la reunión fue tensa desde el principio debido a que los vecinos le preguntaron por qué no pasan el gasoducto por la calle colindante y la respuesta fue que “supone un quebranto de tiempo y económico para la obra”, como dijo el responsable.
El bosque de Son Puig
Para los residentes de Son Puig, “el gran desastre ecológico no es el parque, sino el bosque que hay después”, según advirtió uno de los vecinos de una urbanización con vistas al arbolado. Lo mismo afirmaron desde la asociación de vecinos de Son Rapinya, por donde también transcurrirá el gasoducto hasta Calvià.
Los técnicos de la empresa les argumentaron que estos terrenos son de propietarios particulares y cuentan con sus respectivas actas de expropiación, aunque los presentes respondieron que se trata de un ANEI (Área Natural de Especial Interés). “La Comisión Balear de Medio Ambiente –que depende del Govern– ha dado el visto bueno”, fue la contraréplica de la empresa gasística.
El concejal de Urbanismo; la regidora de distrito, Belén Soto; y los concejales del grupo Més y del PSOE Antoni Verger y Virginia Abraham acordaron solicitar al Govern un replanteo del terreno, es decir, que les obligue a buscar una alternativa, aunque Jesús Valls reconoció que “no se podrá hacer mucho en la zona privada”. Los técnicos insistieron en que “habrá una reposición de pinos e hidrosiembra” en el bosque de Son Puig, como les exigen, pero serán plantados a dos metros por cada lado del trazado, ya que “no pueden crecer encima del gasoducto, que está a un metro bajo tierra”, añadieron.
Algunos vecinos expresaron su preocupación por la falta de seguridad que supone tener una infraestructura de este tipo a muy pocos metros de las viviendas y otros advirtieron al responsable de Redexis de las grietas que se producirán en los edificios en el momento en que comiencen las excavaciones, debido a que el subsuelo es roca, “por algo se llama Son Roca”, recordaron.
Campillo respondió que su compañía ofrece las máximas garantías y nunca han tenido “ningún problema”, aunque este argumento no convenció a los numerosos asistentes. Respecto a su explicación de que pasar el gasoducto por la calle Son Puig llevará más tiempo, los vecinos aseguraron que no les importa, ya que “es mejor soportar obras unos meses más que esperar 40 años a que vuelvan a crecer los árboles”, destacó uno.
Fuente: diariodemallorca.es
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