Repostar vehículos a gas y bioetanol, cada vez más fácil en Madrid

Menos contaminación, precios muy inferiores y congelados hasta 2018, una buena autonomía y posibilidad de conversión del motor tradicional son algunas de las ventajas que los fieles de los otros combustibles, el GLP, el GNC y el bioetanol, ven en estas alternativas a la gasolina y el gasóleo.

Por el contrario, la asignatura pendiente, como todavía ocurre a los eléctricos, aunque cada vez menos, sigue siendo encontrar cerca una estación donde repostar.

El problema es real y, para solucionarlo, Madrid, una de las grandes ciudades que ve en los combustibles alternativos una alternativa a promocionar para reducir sus niveles de contaminación, ha hecho lo posible en los últimos años para construir una red de suministro capaz de animar a posibles nuevos usuarios.

En la actualidad existe en Madrid una veintena de puntos a los que los ciudadanos pueden acudir para repostar sus vehículos impulsados por gases licuados del petróleo (GLP) o autogás (16), gas natural comprimido (GNC) (2) y bioetanol (2) y este año está prevista la apertura de otros tres, dos de GNC y uno de GLP.

En 2007, solo dos de los once puntos donde se suministraba alguno de estos combustibles estaba abierto al público.

Según los datos facilitados a Efe por el Ayuntamiento de Madrid, en virtud del acuerdo marco de colaboración suscrito en 2009 con Repsol para el desarrollo del autogás hay ya 13 instalaciones de esta compañía abiertas al público para repostar GLP.

Tres son las estaciones de servicio del Hipódromo, Santa Eugenia y Las Tablas, dos más están en la T2 y la T4 de Barajas, otra en Mercamadrid y el resto en la Cooperativa San Isidro, Méndez Álvaro, La Atalayuela, el PAU de Carabanchel, el kilómetro 14,300 de la A-3 y Alberto Aguilera.

Cepsa tiene otra estación de servicio con autogás en el Campo de las Naciones y Galp otra en Barajas.

Para llenar el coche de GNC, los madrileños pueden ir a la zona abierta al público para este fin en el Centro de Operaciones de la EMT de Sanchinarro, a la “gasinera” de San Blas o a las instalaciones de Gas Natural CMT en Villaverde.

Este año está prevista la apertura de otros dos puntos de repostaje de gas natural comprimido en Vicálvaro y Villaverde y uno de autogás en Moncloa-Aravaca.

A su vez, para encontrar bioetanol hay en Madrid capital dos lugares: las estaciones de servicio de Shell en Las Tablas y la de GHC en el kilómetro 11,800 de la N-III.

A todos estos puntos se suman las instalaciones de suministro para las flotas municipales, entre ellas la de GLP de la Ronda de las Provincias de la Casa de Campo -en 2009 el Samur incorporó a su flota cinco ambulancias de GLP-.

Hay otras diez de GNC, seis de ellas en centros de operaciones de la EMT -hay 791 autobuses urbanos con este combustible además de 18 grúas municipales – y cuatro en parques de maquinaria de recogida de residuos -hay 459 camiones con este tipo de motor-.

La apertura de instalaciones de este tipo para el público se ha retomado con fuerza en los últimos años ante la subida del precio de la gasolina y el gasóleo y la necesidad de cumplir los niveles de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2) impuestos por la Unión Europea.

La última estación de suministro de gas natural comprimido abierta al público fue inaugurada este mismo mes, el pasado día 5, en el distrito de San Blas-Canillejas.

Aquel día, la alcaldesa manifestó que el GNC representa una opción de “gran interés” por sus reducidas emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión y sus niveles de ruido inferiores a los de los combustibles habituales.

De hecho, la alcaldesa de Madrid estrenó el pasado 10 de diciembre como vehículo oficial un SEAT Altea XL que utiliza GLP como combustible.

El GLP es una mezcla de propano y butano que se almacena en estado líquido y que está exenta de azufre, plomo y otros metales que potencian el efecto invernadero.

Reduce notablemente las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) respecto a un diésel y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) respecto a un vehículo de gasolina.

En cuanto al GNC, es también un combustible fósil constituido en su mayor parte por metano que reduce en más de un 85 % las emisiones de óxido de nitrógeno y ayuda a reducir en un 24 % las emisiones de CO2, el principal gas de efecto invernadero.

Los vehículos con estos motores no pagan parquímetro y están incluidos en el nuevo plan PIVE, efectivo desde el pasado 29 de enero.

Fuente: lavanguardia.com

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